Hoy, el intendente Ricardo Mansur tendrá la oportunidad de dirigirse a los vecinos de Rivadavia en la apertura de sesiones del HCD. Su discurso debería ser una hoja de ruta para el desarrollo del departamento, una respuesta concreta a los problemas que enfrentan miles de rivadavienses. Sin embargo, si nos guiamos por los antecedentes, todo apunta a más promesas, más maquillaje político y menos soluciones reales.

 

Mientras el mundo avanza con dinamismo y Mendoza busca estrategias para integrarse a una economía más competitiva, la gestión local sigue entrampada en disputas políticas y decisiones erráticas. La falta de alineación con el gobierno provincial, sumado a la frágil estructura de su equipo de gobierno, ha dejado a Rivadavia aislada y sin acceso a recursos clave. Las internas políticas y el liderazgo difuso están costando caro.

 

¿QUÉ SE PROMETIÓ Y QUÉ SE CUMPLIÓ?

 

Hace un año, el intendente hablaba de seguridad, turismo y mejores condiciones para los empleados municipales. Hoy, los trabajadores siguen cobrando sueldos insuficientes, la inseguridad aumenta y el turismo no genera el impacto económico que se prometió.

 

Se nos dijo que habría un centro de monitoreo, pero no pasó de ser un anuncio. En cambio, se destinaron 1.200 millones de pesos en un festival que, aunque atractivo, no cambia la realidad de quienes viven con lo mínimo. Porque, seamos claros: la cultura es importante, pero no le llena la heladera a nadie.

 

UNA ECONOMÍA ESTANCADA Y UNA SOCIEDAD SIN RESPUESTAS

 

Rivadavia necesita un modelo económico basado en el desarrollo productivo y el empleo genuino. Capacitación técnica vinculada a las economías regionales, incentivos reales para la inversión privada y políticas que generen trabajo digno. Sin eso, los discursos sobre “oportunidades” quedan en la nada.

 

El “Rivadavia Primero” que se prometió ha quedado reducido a un cambio de colores institucionales y a la relocalización de fiestas. ¿Dónde está la política de vivienda para los jóvenes? ¿Dónde están las herramientas para mejorar los salarios?

 

SE ACABARON LAS EXCUSAS

 

Hoy, Mansur tiene dos opciones: hacer autocrítica y anunciar un plan serio para sacar a Rivadavia del estancamiento o repetir el guion de siempre, con promesas que nadie cree.

 

Los rivadavienses no necesitan otro festival ni otra campaña de marketing. Necesitan respuestas. Si el intendente no toma medidas urgentes, su gestión pasará a la historia como la que gastó en shows mientras la gente se hundía en la incertidumbre.

 

 

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