Prendé la web: crece la movida de la radio online y podcasts.

Gracias a las nuevas tecnologías, cambios en los modos de consumo y un crecienteatractivo para un público joven, las emisoras independientes online y las plataformas de podcasts -un fenómeno ya afianzado en otros lugares del mundo pero relativamente nuevo aquí-, van ganando adeptos en nuestro país. Proponiendo ideas frescas que apelan, por un lado, a un lenguaje más descontracturado (apto Millennials) y contenidos cada vez más específicos, y por otro, a una programación boutique para aquellos con bagaje radial que no se identifican con el medio tradicional, estas «raras radios nuevas» están sacudiendo el panorama actual.

Si para un adulto sintonizar online todavía sigue siendo un misterio, para la franja Millennial (entre 18 y 35 años), e incluso algunos mayores (Gen X e Y), la idea de customizar los consumos ya es casi una prerrogativa. En este sentido la lógica de la radio on-demand se alinea con otros hábitos ya incorporados por la cultura joven hoy, desde la personalización de la web a Netflix. En suma, poder elegir qué consumir, cuándo y cómo.

Uno de los impulsores de esta movida es Luciano Banchero, fundador de Posta, la primera radio on demand local, que con menos de un año de vida y una amplia programación que incluye lugares más tradicionales como review de series y películas, podcast temáticos de gran elaboración sobre la buena mesa (Beber, Nerca, Café & Tevé), la literatura (Lettera 22) o hasta el sexo (Pernocte), ya ha conquistado un pequeño pero fiel público. «Personalmente no soy amigo del streaming: me parece un incordio tan grande como prender la radio. Solamente puedo escuchar lo que está pasando en el momento. Algunos valoran la instantaneidad y lo entiendo, pero prefiero escuchar on demand. El podcast empezó a instalarse como una alternativa más en el último par de años, y varios de los programas de Posta son mucho más escuchados que la mayoría de los programas online locales. El modo de consumo preferido y que creo que va a prevalecer, más allá de que se siga transmitiendo en vivo, es éste», explica Banchero.

Otra ventaja, aparte de respetar esta «no linealidad» en la manera de escuchar es la posibilidad de alojar formatos que no tienen espacio en los medios convencionales. Sin embargo, no todo se trata de nuevas formas escuchar, sino también de la clase de contenidos que se consumen, la radio online se ha convertido en un incipiente reducto creativo para voces que vienen del medio tradicional y que apuntan a públicos que quieren otro tipo de programación. Es el caso de Juan Sixto, que con una trayectoria en FM dirige La Rocker. «La radio online retoma más puntillosamente lo que a finales de los ochenta hicieron las FM barriales o alternativas: jóvenes con nueva tecnología para el desarrollo de nuevas ideas, un trampolín artístico para la nueva escena. Para muchos la radio online es un laboratorio previo a la salida al mercado, para otros es nuestro modo de trabajar y desarrollarnos fuera de la industria establecida y apuntando a nuevos nichos, pero con la prioridad de reflejar a una parte de la juventud que se siente identificada con determinada música, pensamiento o arte».

Si hace unos años cuando este soporte recién se comenzaba a explorar apenas se podía escuchar en computadoras de escritorio conectadas a la web (con suerte y un buen proveedor de Internet mediante), hoy con TuneIn o apps exclusivas con 4G es posible sintonizar desde tu celular en cualquier lugar. Y esto sin mencionar las notebooks, tablets, iPods y otros dispositivos. Entre algunas de las protagonistas de esta movida se encuentran las mencionadas POSTA y La Rocker, y otras como Radio Colmena (funciona dentro del C.C. Matienzo), Radio a la Calle, Radionauta y Radio La Bici, sólo por citar algunas de las propuestas radiales más visibles.

Matías Masiero de Radio LaBici y DJ residente en el bar Rey de Copas donde se lo puede ver haciendo gala de su melomanía todas las semanas, coincide en esto de ver la radio online como semillero donde se está formando la nueva generación de comunicadores sociales, rol que años atrás tenían las FM barriales. «Una gran ventaja es la chance de poder generar contenidos fuera de lo común, desde la musicalización me doy el «lujo» de poner música que no suele sonar en los grandes medios, como afrobeat, trip hop, rythm & blues, early reggae, dub, northern soul, funk, y más. También tuvimos programas dedicados a bartenders, a aficionados a las artes marciales, de poesía e incluso ahora tenemos uno en el que directamente viajan en el tiempo y hablan de las novedades (política, música, tecnología, etc) del año en el que están. Históricamente los shows que más audiencia tuvieron en LaBici fueron programas dirigidos a audiencias segmentadas», cuenta Masiero respecto de las libertades artísticas del medio online y sus enfoque a la ahora de armar la grilla de contenidos.

Mientras que en nuestro país el fenómeno es relativamente joven, en lugares como Estados Unidos al menos la mitad de la población escucha este tipo de plataformas. De acuerdo al exhaustivo estudio The Infinite Dial de 2016 el 50% de los estadounidenses mayores de 12 años sintonizan radio online semanalmente, un incremento respecto del 44% en 2015. Asimismo, la escucha de podcasts subió mensualmente (del 17% al 21%) y semanalmente (del 10% al 13%). Como dato extra, aquellos que los consumen regularmente escuchan en promedio cinco podcasts por semana. En Europa por su parte la radio online de habla hispana también crece, con un 62,2% de navegantes que han escuchado programación online en el último mes en España, un 61% empleando apps relacionadas a la escucha radial varias veces por semana, y un 44,3% de los internautas consumiendo programas de «radio a la carta» (podcast y cía).

A su vez, en el aspecto legal, las radios online aún están obligadas a sostenerse por fuera de la ley, ya que no hay legislación en nuestro país que las contemple, en donde sólo se tienen en cuenta, por ahora, a las grandes emisoras AM y FM. Hasta fines del año pasado desde el AFSCA se estaban organizando encuentros destinados a avanzar con la legislación en cuanto a canales de TV y radios online, pero por ahora quedó todo frenado.

Más allá de resolver la regulación de la actividad, pareciera que uno de los mayores desafíos a futuro que tiene este soporte pasa por la profesionalización: subir la calidad de los contenidos y encontrar formas de monetizarse sin perder el eje conceptual. Y si bien todos los protagonistas insisten en no hablar de «competir» contra el medio tradicional sino de posicionarse como alternativa, lo cierto es que para muchos la dicotomía persiste. Al menos en la teoría.

«La radio digital tiene dos grandes contras: una es su modelo de negocio y otra es su criterio artístico, ya que considero que los productores del contenido tienen que cobrar, no pagar. Cada medio tiene su desafío a futuro. La radio tradicional tiene que encontrar cómo adaptar el aire a estas nuevas plataformas y la manera de hablarle a una audiencia que está perdiendo por falta de renovación (el radioescucha de la FM crece en edad a la par de los conductores). La online debe buscar un modelo de negocio que le sume sin restarle al oyente y al productor. Sólo entonces va a aparecer alguna que le pueda competir a la radio mainstream», vaticina Banchero.

Al tiempo que la radio online va encontrando su propia identidad, los oyentes de hoy que ya no son pasivos (aquellos que pretenden una simple distracción mientras trabajan o manejan), sino que van en busca de contenidos puntuales y diferentes, suben la vara en materia de entretenimiento y complejidad, desafiando a los productores con una impaciencia generacionalmente heredada. Si no, siempre habrá alguna otra opción o podcast que escuchar.

«El zapping nos ha convertido en receptores con poca tolerancia a las ideas y conceptos largos, creo que el desafío de los comunicadores es qué decir en tan poco tiempo, pocas palabras pero ideas contundentes y sustanciales. Pero es maravillosa la cantidad de voces que se escuchan, las ideas y la libertad que se vive en los medios online. En algunos casos la radio vuelve a estar en manos de gente que sabe y no de empresarios», concluye Sixto. Los radioescuchas, agradecidos.

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