Ocurrió en Estados Unidos, donde los empleados de una tienda de comidas rápidas destrozaron el local.
La situación que ocurrió en un local de la casa de comidas rápidas Burger King en Minnesota (Estados Unidos) es sorprendente, luego de que los empleados de la tienda comenzaran a romper todos sus vidrios de manera enérgica.
Pero lejos está esto de tratarse de un caso de vandalismo, sino que fue una broma.
De acuerdo con lo informado por la policía, los empleados recibieron una llamada diciendo que provenía del departamento de bomberos, según indica Mashable.
“Quien llamó dijo que el restaurant estaba presurizado y que podría explotar, y que los empleados debían romper todos los vidrios para alivianar la presión”.
La reacción realmente sorprende, tanto por el poder de convencimiento de quien realizó la broma, como por la credulidad de los empleados ante esta situación.