Por primera vez en la historia, el pollo se convirtió en la carne más consumida por los argentinos, superando al tradicional asado. Así lo confirmó Carlos Sinesi, director ejecutivo del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), al destacar que el consumo anual de pollo llegó a los 47 kilos por habitante, superando por primera vez al de carne vacuna.
La explicación es simple y contundente: el bolsillo manda. «El consumo actual de pollo es de unos 47 kilos por habitante por año. Eso nunca había pasado en la Argentina, superó por primera vez al consumo de carne vacuna», afirmó Sinesi en declaraciones a medios nacionales.
El fenómeno refleja cómo la crisis económica está cambiando hábitos culturales profundamente arraigados en el país del asado. Hoy, más por necesidad que por elección, el pollo se impone en las mesas argentinas como una opción más accesible frente a los precios cada vez más inalcanzables de la carne vacuna.
¿Costumbre o resignación? El dato marca un antes y un después en la historia alimentaria nacional, y deja una pregunta abierta: ¿estamos asistiendo al fin del reinado de la vaca?