El joven condenado a prisión perpetua aseguró que “nunca pensó que podía matar a alguien”.
Tras cambiar de abogado, y buscando revertir la pena dispuesta por los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Dolores, Máximo Thomsen, condenado a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, rompió el pacto de silencio luego de cuatro años, y dio su versión de los hechos desde la cárcel.
El joven de 22 años, acusado de darle la patada mortal a Fernando en la cabeza, aseguró que si pudiera hacer algo, sería “volver el tiempo atrás para que nadie pierda la vida“, y culpó a sus compañeros por el crimen.
“Nunca se me pasó por la cabeza que podía matar a alguien. Nunca lo tuve presente. [En Zárate] Veía las peleas con baldosas y cosas, y eso sí, era chocante. Uno cree que necesita algo para terminar con la vida de alguien. No siente que con las manos o con el cuerpo puede llegar a cierto extremo. No fue algo que tuve presente en algún momento“, dijo el rugbier en una entrevista televisiva a Telenoche.
La noche del crimen
Thomsen recordó la noche del asesinato de Fernando Báez Sosa y señaló a sus compañeros como los protagonistas de la golpiza.
“Era la segunda noche desde que llegamos y la primera noche que salimos. Ese día, yo llegué borracho al boliche. Estuvimos solo 20 minutos. Lo que me acuerdo es que yo estaba agarrado de la barra, de espalda a la pista, y siento que alguien se me había caído encima. Era Matías [Benicelli] que me dicen que le habían pegado y nos sacan a los dos. Yo no sabía, pero era Fernando Báez Sosa el que le pegó a Matías una piña en la frente”, garantizó.
Ante la consulta sobre quién le paga primero a Fernando fuera del boliche, el rugbier acusó a Enzo Comelli.
“Enzo le pega la primera piña a Fernando. Le pega porque era el que le había pegado a Matías y yo fui atrás a meterme en el grupo. Siento que me pegan en el mentón y empiezo a tirar patadas al aire. Después me enteré que yo le había pegado a Fernando y es algo que pasó“, expresó.
En cuanto a la patada mortal que le pegaron a Fernando cuando este se encontraba en el piso, Thomsen aseguró que fue Ciro Pertossi, a pesar de la prueba exhibida en el juicio que muestra la huella de su zapatilla en la cabeza de Báez Sosa.
“No, yo no fui; fue Ciro Pertossi. Pero eso se comprobó que esa patada no se da, no llega a impactar. Pero siempre dijeron que esa persona fui yo y yo claramente no era“, sumó.
Y agregó: “Sinceramente no recuerdo mucho. Pero me acuerdo que entré pateando. Cuando vi en el juicio que estaba mi zapatilla, dije ‘sí, es mía’, porque yo nunca me quiero esconder de lo que pasó, pero realmente quiero que si somos culpables de algo, que nos culpen por lo que pasó, no por algo que dicen que pasó“.
“Te están comparando con gente que mata por matar”
Hacia la parte final de la primera parte de la entrevista, entre lágrimas, el rugbier garantizó que se enteró de que Fernando estaba muerto “al otro día”, y dijo que no se siente un asesino.
“Es una palabra muy fuerte que yo la vi muchas veces en todos lados y pensar que te están comparando con gente que mata por matar, que después los ves acá adentro que cae gente así, que lo cuenta como algo normal y se va a los dos o tres años y a mí me nombran de la misma manera y yo no quería que pasara esto“, afirmó.
Máximo Thomsen fue condenado a prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con lesiones leves, junto con Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Luciano Pertossi y Matías Benicelli.