Por Claudio Daniel Aguilera
El 7 de abril de 2025, los mercados financieros globales sufrieron una jornada negra tras la implementación de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos y las inmediatas represalias de China. Esta nueva escalada en la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo reavivó los temores de una recesión global, generando un efecto dominó en las principales bolsas del planeta.
IMPACTO GLOBAL
En Estados Unidos, los futuros del Dow Jones se desplomaron cerca de 800 puntos, mientras que el Nasdaq y el S&P 500 también registraron descensos significativos. El índice de volatilidad VIX —conocido como el “índice del miedo”— alcanzó su nivel más alto desde el inicio de la pandemia de COVID-19, reflejando la creciente incertidumbre entre los inversores.
En Europa, el índice Stoxx 600 cayó un 5%, marcando su punto más bajo en los últimos 16 meses. Las principales bolsas del continente, como el DAX alemán y el CAC francés, experimentaron retrocesos superiores al 6%, según reportó Reuters.
En Asia, la reacción fue aún más severa. El Nikkei 225 de Japón cayó un 7,8%, mientras que el Hang Seng de Hong Kong se desplomó un 13,2%, su peor caída desde la crisis financiera asiática de 1997.
SITUACIÓN EN ARGENTINA
En el plano local, el índice MERVAL sufrió una baja del 11% en apenas siete días, con retrocesos generalizados en todos los sectores, en especial en el energético. A pesar de este duro golpe, el MERVAL mantiene un crecimiento interanual positivo, lo que ofrece un tenue respiro dentro del contexto global. Aun así, los analistas coinciden en que es esencial que los inversores se mantengan informados y actúen con extrema cautela en este escenario cambiante.
FACTORES CLAVE
El detonante de esta nueva crisis fue la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar aranceles de hasta el 50% sobre una amplia gama de importaciones, buscando proteger la industria nacional. Como respuesta, China anunció un arancel del 34% sobre todos los productos provenientes de Estados Unidos. Estas medidas no solo tensan aún más las relaciones bilaterales, sino que amenazan con frenar el comercio mundial y, con él, el crecimiento económico global.
CONCLUSIÓN
La escalada en las disputas comerciales ha generado una ola de volatilidad en los mercados financieros globales. Argentina, si bien no está exenta de las turbulencias, aún muestra señales de resiliencia en el largo plazo. En este clima de alta incertidumbre, la información certera y la toma de decisiones prudentes serán claves para sortear la tormenta.