La tranquilidad de las familias de calle Avellaneda, antes de Vicente Gil, en el distrito de Santa María de Oro, se ha visto gravemente alterada en las últimas noches. Vecinos denuncian tres jornadas consecutivas de intentos de robo, destrozos en propiedades y vehículos, y un clima de inseguridad que genera preocupación y miedo.

 

Según declaraciones de un vecino afectado, los malvivientes han utilizado ondas para dañar ventanas y puertas, generando temor constante entre las familias. “Anoche, alrededor de las ocho, intentaron meterse a robar a la casa de un vecino, y luego, en la noche, a otra propiedad”, relató el testigo, calificando la situación como «una locura».

 

Aunque la policía ha respondido en algunas ocasiones, los hechos de violencia persisten. En uno de los casos, mientras los agentes se encontraban en el lugar, los delincuentes continuaron con las agresiones.

 

Frente a este panorama, los vecinos exigen que las autoridades locales tomen cartas en el asunto de manera inmediata. Solicitan al municipio que incremente la frecuencia de los preventores en la zona y que trate este reclamo con la seriedad que merece. “Ya no podemos vivir tranquilos. Necesitamos que esto cambie, que el municipio y el sistema de preventores y la policia asuman la responsabilidad de proteger a las familias”, comentaron.

 

Esta ola de inseguridad ha dejado no solo pérdidas materiales, sino también un sentimiento de vulnerabilidad que afecta profundamente a la comunidad de Santa María de Oro. Los vecinos piden soluciones concretas y urgentes para devolverles la tranquilidad que han perdido.

 

 

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