UN EXPOLICÍA MURIÓ EN SU CASA Y SUS PERROS SE DEVORARON 

El hecho ocurrió en una zona rural de Pirenópolis, en Brasil, donde vivía solo y se encontraba de luto tras haber perdido a su hijo. El escalofriante hallazgo se produjo por un grupo de amigos que fue a buscarlo con preocupación de no haberlo visto por un tiempo.

Un escalofriante hallazgo mantiene en vilo a una comunidad rural cercana a Pirenópolis, en Brasil, luego de descubrir los restos óseos de un expolicía de 53 años que, aparentemente, murió de manera repentina. La víctima fue identificada como Clédio Vilela Cardoso y se cree que su cadáver fue devorado por sus propios perros.

Según informaron los efectivos, los huesos fueron encontrados este domingo por un grupo de amigos que dejaron de verlo en las misas de los domingos de la Iglesia y se preocuparon por su ausencia. Asimismo, el hombre se encontraba de luto por una pérdida familiar: “Vivía solo en una finca alejada de la ciudad, aislada y de difícil acceso”, contó Tibério Martins, el jefe de policía que se encuentra trabajando en el caso.

Después de concluir el allanamiento, las autoridades creyeron, en principio, que la causa de muerte podría haberse dado por una “enfermedad repentina” y se descartó momentáneamente la posibilidad de un ataque, ya que no se habían llevado sus pertenencias ni tampoco había rastros de sangre o signos de violencia en el lugar. Los restos óseos yacían en el piso de un patio exterior de la casa, al lado de una mesa y una silla caída.

Por esta razón, también se estima que los animales estuvieron sin comer durante al menos dos semanas después del fallecimiento de Cardoso, aunque aún no lograron corroborarlo. “Es probable que los perros se comieran el cuerpo por hambre”, añadió Martins.

 

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